lunes, 22 de diciembre de 2008

Apéndices de ilusiones.


Quisiera verte calmada pensando en el ahora conmigo.

Besar tus carnosos labios, abrazarte y desearte.
Quisiera además poder suspirar por un motivo.

Moverme tan libremente,
que pudiese perder el alma con cada paso.

Danzar entre el apogeo de las ciudadelas.

Probar de aquella copa de elixir carmesí.
Despreciar a cuantos me rodean,
mientras escondo temeroso una sonrisa.

Burlarme de quien se caía,
darme la vuelta y llorar por su desdicha.

Ambicionar la soledad sobre todas las cosas,
pero brindarle compañía a todos aquellos desolados.

Jactarme de el jugo de la dicha, brindar por el olvido,
sembrar ironía, abrazar al niño... dudar sobre todas las cosas.

Tocar para ti mi última composición en piano.
Cuyo fin era demostrarte de plena mano,
como recitaba la letra de fidelidad con tu nombre escrito.

Quisiera tener tu compañía y así ser feliz.
No porque estuviese contigo... sino porque tu estuvieses conmigo.

3 comentarios:

  1. este poema que recitas me hace recordar lo tonta que fuy cuando te deje ir cuando te vi solo dije con sonrisa en mi rostro y lagrimas en mis mejillas espero que seas feliz con tu prometida que le de todo el amor que merece el cual yo desperdicie la oportunidad de hacerlo.
    me tomare el atrevimiento de decirte TE EXTRAÑO!!!

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