lunes, 29 de marzo de 2010

Asi es la vida.


Sus gritos... Eran como un graznar de cuervos hambrientos.
Un festín de la putrefacción del alma, un arcángel sin alas,
un niño sin sueños.

Y allí se encontraba junto a mí en aquel lugar.
Donde los "nunca" culminaban, donde un siempre era un jamás.

Y pensar que jamás sucedió.
Todo culmino de la manera mas sublime, nunca hubo ni llanto ni dolor,
solo ansia y muerte, solo alma y corazón.

Despliegue de sueños veía yo venir, en aquel viejo hogar de niños justos,
y hasta ahora no me arrepiento de nada, más que de solo haber nacido.

domingo, 18 de enero de 2009

Errónea bofetada.


La ausencia de hermosura en los detalles ajenos,
la modestia, cosa ahora elemental, y el deseo siempre fueron bien vistos
por el exigente vulgo y por él duque de la nada, él que sonríe y saluda,
él que come y se marcha.

Todos están ahora ocupados en el trono,

por su parte se encuentra el gordo, el realmente obeso rey,
el sorprendentemente fláccido publico del banquete real

y sin faltar el enano vocero...
Todo parece que va bien en palacio, como debería.

El entretenimiento ha llegado con el extraño personaje.

Con cada paso que daba al andar fijaba su sonrisa con la mía.

Euforia... Pensé por un momento al sosegar la mirada con la suya,
con él que su ropa pintaba tan arraigada concepción.

Altanero de arriba a abajo, vulgar en la opinión.

Con trapos remendados, de alta posición.

Siempre fiel, siempre triste, siempre una ilusión.

El que se mofa y se despide, el que aprendió ha correr sin caminar,

el señor de las bromas, el ambidiestro, el siempre capaz.

El que cuando llega el momento solo sabe actuar y

el que es condenado a muerte, si todo sale mal…

El señor de la ironía, el rey de el ajajá…


Trato elegante.


Sin un porque y sin mas los espejos ahora rotos de la catedral
solo estorban en el paseo diario de los enamorados.

Lo que se caracterizo por ser bello, se derrumba con un sismo,
se desliza como el maquillaje de el mas falso traidor.

Y el aroma embriagante de la rosa se mezcla con el fétido hedor de el cadáver,
mientras tristemente los lirios son confundidos con el clavel.

Las ironías se encontraban muy ocupadas aplacando deseos
y nosotros en busca de un señor nos sumimos en el azar.

Esperanzados en un mañana, sedientos de algo que no es agua,

hambrientos de algo que no es poder.

Haremos lo que sea necesario…
Saltaremos, reiremos, cantaremos, bailaremos,
si así se dicta y si así dicta el corazón de nuestro benévolo varón.

Sin lugar a duda alguna... "somos los mejores arlequines".

martes, 23 de diciembre de 2008

Veneno, el antiséptico de los hombres.


Secreta es la espuma de tu boca,
la cual ha perdido ahora todo margen de credibilidad.

Corres sin detenerte a observar las rosas.
Miras airado lo que has esculpido,
un breve cuadro que asemeja la descomposión de la carne humana.

No te importan ni los lirios, ni el clavel.
Mucho menos si aun conservas la vida, o por si tus pecados,
ya has perdido el don eterno.

Nada interesa fuera de el egocentrismo.
Si has tenido algo, has tenido también la certeza,
de que no es realmente tuyo.

Tan condimentado por virtudes te encuentras,
que para ti la gloria ya no significa nada,
mas que el paso culminante al mas falso olvido.

Aun así nos encontramos en senda tras senda.

Sonrio al ver tu silueta deteriorándose por el tiempo,
mientras que tu también sonríes, se que piensas igual.

Mas con fines distintos, te aventuras en caminatas de fantasía,

donde un mundo lógico no cabe.
Y donde los sueños no encuentran hogar alguno,
que no sea en tus entrañas vacias y envenenadas por la autocompasión.

Aun así sonrio, porque a pesar de que se me pasa el tiempo,
aun no he perdido la potestad divina de volverte a juzgar.


Y ahora que has muerto, seguiré riendo con más razón,

porque yo he muerto contigo.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Apéndices de ilusiones.


Quisiera verte calmada pensando en el ahora conmigo.

Besar tus carnosos labios, abrazarte y desearte.
Quisiera además poder suspirar por un motivo.

Moverme tan libremente,
que pudiese perder el alma con cada paso.

Danzar entre el apogeo de las ciudadelas.

Probar de aquella copa de elixir carmesí.
Despreciar a cuantos me rodean,
mientras escondo temeroso una sonrisa.

Burlarme de quien se caía,
darme la vuelta y llorar por su desdicha.

Ambicionar la soledad sobre todas las cosas,
pero brindarle compañía a todos aquellos desolados.

Jactarme de el jugo de la dicha, brindar por el olvido,
sembrar ironía, abrazar al niño... dudar sobre todas las cosas.

Tocar para ti mi última composición en piano.
Cuyo fin era demostrarte de plena mano,
como recitaba la letra de fidelidad con tu nombre escrito.

Quisiera tener tu compañía y así ser feliz.
No porque estuviese contigo... sino porque tu estuvieses conmigo.

domingo, 21 de diciembre de 2008

La gloria de los desgraciados.


Y una vez culminado el trabajo todo acabo.

Todo excepto la memoria, ha llegado a su fin.
La reciproca labor que atestiguaron sus logros,
culminaron en cierto apogeo de ilusiones.

Las sonatas casi diurnas de el ocaso,
sembraron templanza en quienes las oían.
De aquellos soñadores entristecidos que siempre aguardan.

Los cuervos, se convirtieron en fieles amigos de el hombre,
que permanecían con ellos cuando estos morían de inanición.

Y el duque, de quien jamás se hablo nada,
engordaba con el pescado que creía suyo, proveniente de nuestras costas.

Se castigaba con gracia a los deudores.

El vigor se notaba cuando sus gargantas sedientas,
probaban la leche materna de alguna madre en plena violación.

Y el gran señor, y el magnánimo, y pontífice de todos los pueblos hermanos,
nos demostró que nuestra vergüenza cabía en un simple espejo de mano...


De cuyo dueño, éramos unicamente el instrumento sagrado.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Loable decisión.


Danzante se mueve entre las caspias,
de sus roperíos mal hechos.

Con cierto aire de egocentria mira la ventana.
Las horas se pasan y el viento no saluda,
mas ignorante de esto sigue en su deseosa espera.

El amor concibió en sus ojos una lluvia helada.
Con su mirada opacada ante los impetuosos rayos de el sol,
se menea desvalido día a día por la ciudadela.

No porque haya tenido tiempos mejores, este es malo.

Los vendedores solo miran con cierto aire de ironía,
lo que se aproxima con su silueta de vez en cuando.

Murmuros se oyen en su ventana, ansiosos por una puesta de sol.
Mientras el hambre desgarrador hace ruido en sus entrañas,
este se fatiga al doblegarse lentamente ante dicha situación.

Igual cada momento se lo ve bien recibido como una perdida,
pues ganar dejo de ser una meta hace ya mucho.

Sus sueños... no siempre se concretaron en realidad.

Los afanes desaparecieron con un suspiro.
Más en el instante en que se dio cuenta,
se percato también que no era tarde.

"Las deidades ciertamente sonríen a los hombres".

Y sigiloso... y temeroso, decidió comenzar de nuevo.
Hay hombres que solo se redimen cuando vuelven a nacer.

Y hay otros que solo lo hacen, una vez muriendo.