domingo, 18 de enero de 2009

Trato elegante.


Sin un porque y sin mas los espejos ahora rotos de la catedral
solo estorban en el paseo diario de los enamorados.

Lo que se caracterizo por ser bello, se derrumba con un sismo,
se desliza como el maquillaje de el mas falso traidor.

Y el aroma embriagante de la rosa se mezcla con el fétido hedor de el cadáver,
mientras tristemente los lirios son confundidos con el clavel.

Las ironías se encontraban muy ocupadas aplacando deseos
y nosotros en busca de un señor nos sumimos en el azar.

Esperanzados en un mañana, sedientos de algo que no es agua,

hambrientos de algo que no es poder.

Haremos lo que sea necesario…
Saltaremos, reiremos, cantaremos, bailaremos,
si así se dicta y si así dicta el corazón de nuestro benévolo varón.

Sin lugar a duda alguna... "somos los mejores arlequines".

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